Morral de Cabrafeixet

Estábamos convencidos de que la excursión de mayo sería una subida considerable y debe decirse que lo ha sido, y mucho. Quizás el calor ha influido en que nos costara más, sobre todo cuando ya habíamos dejado el bosque de pinos y no había sombra. Pero, cuando, finalmente, después de una hora y media más de subir, hemos llegado a la cima, en el Morral de Cabrafeixet (754 m), nos ha desaparecido toda la fatiga y hemos saboreado la estancia en un entorno singular con vistas por todas partes, mientras tragábamos la teca que tanto nos habíamos ganado.

El Morral de Cabrafeixet se encuentra en la sierra de Boix, en el municipio del Perelló. En días despejados se puede albinar los Pirineos, dicen. No era el caso de hoy, pero no estubo mal. De la parte de mar, la Punta del Fangar se veía bastante bien y también toda la costa de l’Ampolla.

Y si mientras íbamos subiendo ya sufríamos por la bajada, la verdad es que no nos ha costado ni de lejos como pensábamos. Quizás ya teníamos el cuerpo bien desentumecido después tanta subida y la vista acostumbrada a un paisaje reconfortante. Y así hemos ido bajando hasta el desvío hacia las cuevas prehistóricas y el abrigo de las pinturas rupestres de Cabrafeixet. Hemos pasado por la cueva del Aigua, la cueva de la Mallada y, por último, las pinturas rupestres. Espectaculares las cuevas e impresionantes, las pinturas. Cabe decir que las pinturas fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, en 1998. Unos paneles informativos nos explican detalladamente dónde se encuentran exactamente y lo que representan, lo que ayuda a identificarlas.

Las pinturas eran el punto final de la excursión. De allí hemos dirigido al aparcamiento ya comer en el Perelló.

Todo ello en torno a cuatro horas de naturaleza y ejercicio.

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