GR92 / L‘Ampolla L’Ametlla

El sábado 15 de octubre realizamos la segunda salida de la nueva temporada. Esta vez hemos caminado junto al mar. Hemos seguido el GR-92 de l’Ampolla a l’Ametlla, por cierto, con una señalización óptima, recién repintada por la UEC. Aunque ya estamos en pleno otoño la temperatura era más bien veraniega, que invitada al baño, pero no ha sido posible porque teníamos casi 17 km de recorrido y una cita en el restaurante al terminar la caminata.

Hemos empezado con puntualidad, como siempre, desde la estación de tren de l’Ampolla y como es costumbre el grupo se ha ido alargando por el sendero del camino de ronda. Unos ratos más pendientes de la compañía y la conversación, y otros, de la contemplación del paisaje. Las vistas eran espectaculares. Uno podía dirigir la mirada allá donde quieras porque todo captaba nuestra atención. Como seguramente conoce muchos de los lectores un camino de ronda ahora sube y ahora va al borde del mar. Cuando pasábamos junto al agua era agradecido sentir el vaivén de las olas gracias a la escasísima, por no decir nula, presencia humana. Contribuía a esta naturaleza más auténtica las toneladas de posidonia alineadas junto al agua. Unos carteles hechos por el grupo Graellsia nos informan que la posidonia no es basura, es natural y tiene muchas utilidades, entre otros se puede hacer pasta de papel, y construcción de paredes y techos como aislante térmico, etc.

Cuando el camino nos invitaba a hacer un poco más de esfuerzo y había que subir escaleras la recompensa era encontrarnos con los acantilados, que nos permitían, eso sí, con prudencia, acercarnos a la orilla para disfrutar de las aguas esmeralda y del embate de las corrientes contra la roca. Y por si fuera poco, todavía nos quedaba la posibilidad de concentrar la vista delante y ver de vez en cuando cómo se recortaba el litoral mediterráneo con los pinos como guardianes sigilosos de la costa.

Pero pronto han pasado unas dos horas y tocaba hacer una parada y comer algo. Era el momento del reagrupamiento y comprobar que todo iba bien. Ya estábamos cerca de la Punta de l’Àliga, casi a la mitad. Ganas de intercambiar impresiones y comprobar que todavía quedaban fuerzas por continuar. Antes de llegar a L’Ametlla hemos parado otra vez para hidratarnos: la temperatura ha ido subiendo y el sol lucía con todo su esplendor. Ahora ya no éramos los únicos transeúntes, se han ido añadiendo algunos no tan madrugadores con los que nos cruzábamos de cara al final de nuestro trayecto. Playa del Estany Podrit, Cabo de Santes Creus, Playa del Estany y vislumbrando ya la población de l’Ametlla de Mar. Cinco horas, como estaba previsto. Almuerzo de hermandad y hacia la estación de tren para regresar a L’Ampolla a retomar los coches.